Sarah Siddons: La huella en el teatro británico.
Sarah Siddons, el cual era su nombre artístico, pues su nombre verdadero era Sarah Kemble, nacida el 5 de julio de 1755. Actuó desde muy pequeña junto a su padre en diversas obras la cual fue una actriz de teatro británica del siglo XVIII.
Conocida porque actuaba mayormente en obras dramáticas o mejor conocidas como tragedias. Adicionalmente fue conocida por su interpretación del personaje Lady Macbeth de la famosa obra Macbeth escrita por William Shakespeare.
La interpretación de Sarah Siddons de esta última obra fue tan aclamada por la audiencia que hicieron muchas presentaciones de esta obra año tras año. Pues las personas no se cansaban de evidenciar la belleza, la pasión con la que interpretaba cada estrofa de esta obra, pues se dice que además de ser una mujer hermosa, tenía unos ojos muy expresivos que cautivaba a las personas.
Críticos al realizar las reseñas de las obras mencionaban, que tal era el impacto que generaba su actuación en las personas que los hombres lloraban y las mujeres se desmayaban. Mencionan que las impresiones que generaba esta mujer se debían a que ella no “actuaba” ella era poseída por el personaje, dejando fluir los sentimientos, impresiones, sufrimiento, llanto, se concentró de tal manera interpretando su papel que era casi otra persona.
Su éxito fue tanto que incluso llegó a ser nombrada maestra de elocución de los niños reales en 1783. Sarah Siddons luego de una vida de éxitos, actuaciones, compromisos y presentaciones, llegó su vida a su fin en el año 1831, siendo acompañada por más de 5.000 personas que la admiraban.
Una mujer sin igual que a pesar de las adversidades que tuvo, de los problemas al inicio de su carrera donde hubo victorias y fracasos, luego de mucho esfuerzo llegó su época dorada siendo aclamada por los críticos, por la realeza, por las personas en general, una demostración del poder que tiene cada mujer para sacar adelante su vida, dejando en alto su nombre, sin intención de rendirse jamás, siguió adelante hasta llegar a la cima de la actuación teatral de Reino Unido.
Sarah Siddons no solo fue una actriz talentosa, sino también una mujer muy culta e instruida. Fue educada en una familia que valoraba la educación y el arte, y recibió una educación más amplia que la mayoría de las mujeres de su época. Se dice que Sarah Siddons hablaba varios idiomas, incluyendo francés, italiano y latín, lo que la ayudó a ampliar su conocimiento de la literatura y la cultura europea. Además, era una apasionada lectora y disfrutaba de la poesía y la filosofía.
Esto se reflejaba en su actuación, ya que Sarah Siddons no solo se concentraba en la actuación en sí, sino que también se preocupaba por la precisión y la autenticidad en sus representaciones de personajes históricos y mitológicos.
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