Eva Gonzales: la artista francesa oculta

Publicado el 13 marzo, 2023 |

Su nombre completo era Eva Carola Jeanne Emmanuela Antoinette Gonzales, nacida en París, Francia en el año 1849. En sus inicios sirvió de modelo para distinguidos artistas franceses como Manet, quien después la aceptaría como discípula, a la cual le enseñaría las técnicas de pintura impresionista, tiempo después sus obras la impulsaron para ser reconocida como una de las mejores pintoras impresionistas francesas.

Inició a estudiar pintura a los 16 años, con un pintor que estaba innovando con un programa de estudios artísticos para las mujeres, Charles Joshua Chaplin. Dentro de esta escuela y por la época todavía no era normal que las mujeres fueran consideradas artistas, a ellas solo se les veía como modelos y figuras de apreciación para el hombre, aun así fue entrenada por Chaplin, para luego estudiar el impresionismo con Manet. Luego usaría estas bases para encontrar su estilo propio, los tonos pastel.

Lastimosamente Gonzales, no fue conocida en su mayoría como pintora, sino más como la musa preferida de Manet, su maestro, ella lo consideraba maestro, amigo y consejero por lo que nunca se atrevió a cuestionar los pensamientos de él, dejando que fuera Manet quien fuera reconocido por sus trabajos impresionistas usándola a ella como musa.

Eva Gonzales comenzó a exponer su obra en el Salón de París a partir de 1870, recibiendo una mención honorífica en su primera participación en esta exposición. Sus obras eran en su mayoría retratos y escenas de la vida cotidiana, pero también pintó paisajes y bodegones.

En 1874, Gonzales participó en la primera exposición impresionista, que tuvo lugar en el estudio del fotógrafo Nadar en París. Presentó cuatro obras en esta exposición, incluyendo “La convaleciente”, que fue muy bien recibida por la crítica y el público en general. A pesar de este éxito, Gonzales decidió no participar en más exposiciones impresionistas y continuó exhibiendo sus obras en el Salón de París.

Tras la muerte de Manet en 1883, Gonzales heredó su estudio y sus materiales de pintura, lo que le permitió continuar trabajando y desarrollando su propio estilo artístico. Sin embargo, su carrera se vio interrumpida por su prematura muerte en 1883, a la edad de 34 años, después de dar a luz a su primer hijo.

A pesar de su corta carrera, Eva Gonzales fue una artista excepcionalmente talentosa que hizo una importante contribución al movimiento impresionista francés. Su obra es reconocida por su delicadeza y sutilidad en la técnica, y su legado artístico merece ser más valorado y reconocido en la historia del arte.

A pesar de que la obra de Gonzales fue en gran parte influenciada por su mentor Manet, su estilo propio se caracterizaba por su delicadeza y por la habilidad de capturar la luz y la sombra con gran sutileza y precisión. Su paleta de colores pastel le permitió crear una atmósfera de tranquilidad y armonía en sus obras, y su habilidad para retratar la vida cotidiana le permitió capturar la humanidad y la intimidad en sus retratos.

En su corta pero exitosa carrera, Gonzales recibió reconocimientos por su trabajo, como la medalla de plata en la Exposición Universal de Viena en 1873 y la Orden de Isabel la Católica en 1878. A pesar de esto, su obra fue en gran medida eclipsada por la fama de su mentor y amigo, Manet.

Después de la muerte de Gonzales, su obra fue olvidada durante mucho tiempo, hasta que en la década de 1980 se comenzó a revalorizar su legado artístico. Hoy en día, sus obras se encuentran en importantes museos y colecciones privadas, y se considera a Eva Gonzales como una de las grandes pintoras impresionistas francesas.

Además de su carrera como artista, Gonzales también tuvo una vida personal interesante. Se casó con el pintor Henri Guérard en 1879, y tuvieron un hijo juntos en 1883. Desafortunadamente, Gonzales murió pocos días después de dar a luz a su hijo, dejando un legado artístico que ha sido revalorizado en tiempos recientes.